La participación política era lo propio de los nacidos libres.
La no participación suponía la esclavitud. El movimiento histórico de la humanidad requería recuperar a esos hombres a quienes viejas estructuras de dominación impedían vivir mejor.
La comunidad tomaría en sus manos la configuración del orden público con lo que se pondría fin a la injusticia y a las desigualdades no naturales. Una comunidad participativa, desde los cafés y las plazas hasta el parlamento, garantizaría la justicia, la paz y el progreso.
Hoy, las redes sociales actualizan a Rousseau de un modo antes inimaginable. Antítesis de la Torre Babel, generan diálogo entre los más diversos.
Son una especie de “Ágora” postmoderna: espacio abierto a la pluralidad de voces e ideas que como las corrientes profundas en el agua mueven al mundo aunque no se noten. Las redes sociales detonan cambios sociales, generan conciencia, promueven pensamiento, abren espacios, cambian el modo de girar de las cosas.
Son una condición determinante del liderazgo social. Resultan factores críticos de éxito para rediseñar al mundo.
Adrián Ruiz de Chávez. Director del Centro de Investigaciones en Liderazgo de la Universidad Anáhuac.
Correo: adrian.ruizdechavez@anahuac.mx.
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